En Aliadas expresamos nuestro más profundo rechazo y dolor frente a los cobardes e inaceptables atentados terroristas ocurridos en Amalfi, Antioquia, y en Cali, Valle del Cauca, que dejaron un saldo de civiles y uniformados asesinados, decenas de heridos y familias destrozadas. Nuestra solidaridad está con las víctimas, sus familias y con todos los colombianos que hoy viven con temor.
Estos hechos violentos constituyen una agresión directa contra la vida, la democracia y la tranquilidad nacional. No son simples ataques: son actos diseñados para sembrar terror, silenciar a los ciudadanos y debilitar la confianza en las instituciones.
Colombia necesita hoy un mando claro y una conducción firme en materia de seguridad. La experiencia ha demostrado que negociar con estructuras criminales no trae paz: las fortalece y les da más tiempo para expandirse. Ha llegado el momento de terminar definitivamente cualquier diálogo con quienes persisten en el camino de la violencia y el crimen.
Es momento de tomar decisiones contundentes. Los colombianos necesitamos:
- Un liderazgo con autoridad y responsabilidad frente al país.
- Recuperar la presencia integral del Estado en los territorios, con Fuerza Pública y justicia eficaz.
- Fortalecer las Fuerzas Públicas y restablecer la inteligencia estratégica, junto con la coordinación institucional perdida.
- Cerrar de manera definitiva las fuentes de financiamiento criminal.
- Capturar, judicializar y condenar ejemplarmente a los responsables.
La seguridad no admite vacilaciones. Colombia necesita decisiones firmes y resultados tangibles. No más excusas: la vida, la libertad y el futuro de los colombianos dependen de que el Estado recupere el control y marque el rumbo.
Colombia, el propósito que nos une.