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Derechos de los ciudadanos
Derechos de los ciudadanos

Derechos de los ciudadanos

¿Sientes que algo no está bien en Colombia? Tienes razón: están afectando tus derechos y libertades.

A veces sentimos que todo lo que pasa en política es lejano. Que eso de la Constitución, las reformas o las instituciones es un tema de noticieros o debates entre políticos. Pero no. Lo que está pasando en Colombia sí te afecta. Y mucho más de lo que parece.

Porque no se trata solo de discursos, ni de peleas entre bandos. Se trata de tu día a día, de tus derechos más básicos, de lo que puedes y no puedes hacer, de las oportunidades que tienes —o que te están quitando.

Y lo más preocupante: hoy tenemos un gobierno que, con sus decisiones, su lenguaje y su forma de ejercer el poder, está debilitando los derechos y libertades que tú y todos los colombianos hemos construido durante décadas. Lo está haciendo paso a paso, a veces sin que lo notemos, usando el poder para dividir, desinformar y atacar a quienes piensan diferente.

¿Cómo te afecta lo que está pasando?

Imagina esto:

  • Necesitas una cita médica urgente para tu mamá, pero el sistema no responde.
  • Tus hijos pierden clases porque su colegio está en paro o sin recursos.
  • Trabajas, pero no tienes seguridad social.
  • Vives con miedo porque los grupos armados se fortalecen mientras el Estado desaparece de tu región.
  • Te quedas sin empleo porque tu empresa cerró por inseguridad jurídica.
  • Presentas una tutela y la ignoran porque el juez fue presionado o removido.
  • Marchas en paz y te tratan como enemigo.
  • Opinas diferente y te atacan en redes por orden de quienes están en el poder.
  • Ya no sabes en quién creer, porque los medios que antes informaban ahora son censurados o señalados.
  • Y justo antes de votar, el Gobierno propone cambiar las reglas para que sus ideas sean las únicas que valgan.

Todo eso no es normal. Tampoco es culpa del destino. Son señales claras de que el Estado no está cumpliendo con lo que prometió en la Constitución. Y cuando eso pasa, el primero que pierde eres tú.

  1. Cuando te niegan o dificultan el acceso a la salud…

… están vulnerando tu derecho a la vida, a la salud y a la dignidad.

  • Artículo 11: El derecho a la vida es inviolable.
  • Artículo 49: Se garantiza el acceso a los servicios de salud como un derecho fundamental.
  • Artículo 1: Colombia se funda en el respeto de la dignidad humana.

No importa si el Gobierno está de acuerdo con las EPS o no. Su obligación es garantizarte atención médica oportuna. Pero en lugar de mejorar el sistema, lo están desmantelando sin alternativas reales.

  1. Cuando tus hijos no acceden a educación de calidad…

… se les niega el derecho a crecer en libertad y a romper el ciclo de la pobreza.

  • Artículo 67: La educación es un derecho y un servicio público obligatorio, gratuito y de calidad.
  • Artículo 44: Los derechos de los niños prevalecen sobre los de los demás.
  • Artículo 1: La dignidad humana y la solidaridad son principios fundamentales del Estado.

La educación no puede ser usada como herramienta política ni como discurso ideológico. Es la base de la igualdad de oportunidades.

  1. Cuando trabajar no garantiza estabilidad ni protección…

… se rompe el contrato social que protege a millones de familias.

  • Artículo 25: El trabajo es un derecho y una obligación social.
  • Artículo 53: Principios mínimos fundamentales: estabilidad laboral, salario justo, seguridad social.
  • Artículo 48: La seguridad social es un servicio público obligatorio a cargo del Estado.

Si trabajar ya no significa progresar ni estar protegido, entonces el sistema está fallando a quienes más lo sostienen.

  1. Cuando la violencia se impone sobre la ley…

… el Estado está dejando de cumplir su función más básica: proteger a las personas.

  • Artículo 2: Las autoridades están para garantizar la vida, honra, bienes y libertades.
  • Artículo 22: La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.
  • Artículo 13: Todas las personas deben recibir igual protección de las autoridades.

El abandono estatal en muchas regiones, el fortalecimiento de grupos armados y los pactos sin control no construyen paz: construyen impunidad.

  1. Cuando sientes que tu voz no vale…

… lo que se debilita es la democracia misma.

  • Artículo 40, numerales 1 y 2: Todo ciudadano tiene derecho a elegir, ser elegido y participar en el poder político.
  • Artículo 20: Toda persona tiene derecho a expresar y difundir su pensamiento libremente.
  • Artículo 37: Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pacíficamente.

Cuando se desacredita al Congreso, se amenaza con consultas por decreto y se trata a los disidentes como enemigos, no hay pluralismo: hay autoritarismo.

  1. Cuando se ataca la libertad de prensa…

… se apaga una de las alarmas más importantes de la democracia.

  • Artículo 20: Se garantiza la libertad de informar y recibir información veraz e imparcial.
  • Artículo 73: La actividad periodística gozará de protección especial del Estado.

Una prensa libre es esencial para vigilar al poder. Sin ella, la corrupción crece, la verdad se oculta y la ciudadanía queda desinformada.

  1. Cuando se desconoce tu derecho a elegir y ser elegido…

… se distorsiona el principio de soberanía popular.

  • Artículo 40, numeral 1: Todo ciudadano tiene derecho a elegir y ser elegido.
  • Artículo 1: El poder reside en el pueblo, que lo ejerce a través del voto y las instituciones.
  • Artículo 258: El voto es un derecho y un deber ciudadano.

Cambiar las reglas en medio del proceso, usar la consulta popular como amenaza o condicionar el voto con desinformación es manipular tu voluntad y debilitar la democracia.

  1. Cuando te persiguen por pensar distinto…

… se vulnera tu dignidad, tu honra y tu derecho al buen nombre.

  • Artículo 15: Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen nombre.
  • Artículo 13: No puede haber discriminación por razones políticas, ideológicas o de opinión.
  • Artículo 21: Se garantiza el derecho a la honra.

Las campañas de desprestigio desde el poder, los ataques coordinados contra opositores y la estigmatización no son prácticas democráticas: son mecanismos de control y miedo.

  1. Cuando el poder ignora la ley…

… se erosiona el principio de legalidad que nos protege a todos.

  • Artículo 6: Los funcionarios públicos son responsables por infringir la Constitución y la ley.
  • Artículo 121: Ninguna autoridad podrá ejercer funciones distintas de las que le atribuyen la Constitución y la ley.
  • Artículo 113: Los poderes públicos son independientes y deben colaborar armónicamente.

Gobernar por decreto, desacatar fallos judiciales o desconocer al Congreso es desbordar el poder, y eso tiene consecuencias para todos los ciudadanos.

  1. Cuando se usa el Estado para premiar aliados y castigar opositores…

… se traiciona la función pública.

  • Artículo 209: La función administrativa debe servir al interés general, no a intereses particulares.
  • Artículo 122: Ningún servidor público podrá ejercer su cargo sin cumplir los requisitos legales.

Usar los recursos del Estado para favorecer unos y castigar otros es corrupción, no gobernabilidad. Es politizar lo que debería ser técnico, justo e imparcial.

Nada de esto es hipotético. Ya está ocurriendo. Y si no se defiende la Constitución ahora, mañana no habrá nada que impida que te quiten más.

¿Y qué tiene que ver la Constitución en todo esto?

Todo. Porque la Constitución no es solo un libro viejo con palabras bonitas. Es el acuerdo colectivo que hicimos como sociedad para protegernos del abuso del poder. Es el contrato que firmamos —todos— para decir: aquí se respetan los derechos, aquí hay reglas, aquí ningún gobernante puede pasar por encima de la gente.

La Constitución de 1991 nació del dolor de una Colombia fragmentada por la violencia, la exclusión y la falta de representación. Fue un pacto para que los derechos no dependieran del partido político que estuviera en el poder, ni del capricho de un líder carismático. Estableció que la soberanía reside en el pueblo, pero que ese poder se ejerce a través de instituciones que equilibran, controlan y limitan el alcance del gobierno. Le puso frenos al autoritarismo y protecciones al ciudadano.

Y hoy, ese acuerdo está siendo vulnerado. No con tanques en la calle ni con un golpe de Estado. Sino con decisiones solapadas, con desprecio por las reglas, con la manipulación del discurso democrático para hacer lo contrario.

  • Se gobierna por decreto, ignorando la deliberación del Congreso.
  • Se desacredita a los jueces, a los medios, a los gremios, a cualquiera que cuestione.
  • Se amenaza con consultas populares cuando las leyes no se aprueban, debilitando el sistema de pesos y contrapesos.
  • Se concentra el poder en unos pocos funcionarios, quitándoselo a las instituciones creadas para protegerte a ti.
  • Se utiliza un lenguaje de confrontación constante, dividiendo a la sociedad entre “buenos” y “enemigos del pueblo”.

Así empiezan a romperse las democracias. No de un día para otro, sino con el desgaste de la legalidad, con la normalización del abuso, con la excusa de que “es por el bien del pueblo”.

Y mientras eso pasa, los derechos dejan de ser garantías reales y se vuelven promesas vacías. Porque si las instituciones no funcionan, si no hay jueces independientes, si el Congreso no legisla con autonomía, si nadie vigila al Ejecutivo, ¿quién te va a proteger cuando te vulneren un derecho?

La Constitución no es un adorno. Es el único escudo real que tienes frente al poder. Por eso, cuando se viola o se ignora, no es un problema de los abogados o de los políticos. Es un problema tuyo, mío, de todos. Porque lo que está en juego es tu libertad, tu bienestar y tu futuro.

¿Qué tipos de derechos tienes según la Constitución?

1. Derechos fundamentales: 

Vida, salud, libertad, educación, expresión, igualdad. Son inviolables. Ningún gobierno puede pisotearlos. Si lo hace, puedes acudir a una tutela. Pero si la institucionalidad se debilita, incluso esa protección se pone en riesgo.

2. Derechos sociales, económicos y culturales:

Trabajo digno, seguridad social, vivienda, servicios básicos. No son favores del Estado. Son derechos que te permiten vivir con dignidad. Hoy se incumplen cada vez más.

3. Derechos colectivos y del ambiente:

Ambiente sano, lucha contra la corrupción, defensa del patrimonio público. Si el gobierno destruye ecosistemas o debilita los controles, te afecta más de lo que crees.

4. Derechos de participación:

Votar, ser elegido, protestar, organizarse. Hoy estos derechos están siendo limitados por un gobierno que quiere imponer su visión a toda costa. Y eso es una amenaza directa a tu libertad.

¿Qué está fallando hoy?

Lo más grave es que estos derechos se están debilitando desde el poder mismo. A veces no se necesita una ley para violar la Constitución. Basta con:

  • No hacer lo que se debe (omisión): dejar caer el sistema de salud, abandonar las regiones.
  • Hacer lo que no se puede (exceso): gobernar por decreto, usar recursos sin control.
  • Usar el poder para dividir y atacar (discurso violento): señalar enemigos, alimentar el odio.
  • Manipular las reglas (populismo): prometer imposibles para ganar aplausos, no soluciones.

Todo esto está pasando hoy. Y te afecta directamente, aunque no lo veas en el momento. Es como una gotera: al principio parece pequeña. Pero si no haces nada, un día se cae el techo.

¿Qué puedes hacer tú?

No se trata de tener miedo. Se trata de tener coraje. El poder no es eterno, y la legitimidad de un gobierno no viene de cuántos lo aplauden, sino de cuánto respeta la Constitución.

Por eso, hoy más que nunca:

  • Infórmate. Lo que está en juego es tu vida, no una ideología.
  • Habla. No tengas miedo de decir que algo está mal.
  • Exige. El gobierno está para servirte, no para controlarte.
  • Participa. En tu barrio, en redes, en elecciones. Tu voz importa.

RECUERDA

Defender nuestros derechos hoy es proteger nuestra democracia mañana

No es exageración. Es la realidad. Si no reaccionamos ahora, mañana puede ser demasiado tarde.

El poder cambia. Pero los derechos deben permanecer. Y si dejamos que se los lleven hoy, tal vez no podamos recuperarlos después.

Colombia necesita ciudadanos despiertos. No resignados.

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