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Derechos de los ciudadanos
Derechos de los ciudadanos

¿Te has dado cuenta de lo que está pasando con tus derechos?

Muchas veces creemos que la política no afecta nuestro día a día. Pensamos que la Constitución, las reformas o las instituciones son solo discusiones entre políticos o temas de noticiero. Pero no es así: las decisiones que se están tomando hoy ya están cambiando tu vida, aunque quizás aún no lo notes.

No son solo discursos o peleas entre bandos. Son cambios que determinan qué derechos tienes, qué servicios recibes y qué oportunidades puedes aprovechar.

El actual gobierno ha tomado decisiones que, paso a paso, debilitan derechos y libertades que Colombia ha construido durante décadas. Así es como te impactan:

El control directo sobre varias EPS ha generado incertidumbre en la atención médica: retrasos en citas, desabastecimiento de medicamentos y riesgo de que hospitales queden sin pago. Esto afecta tu posibilidad de recibir atención oportuna y de calidad cuando la necesitas.

La reducción de recursos para créditos del Icetex significa menos cupos para préstamos educativos y miles de jóvenes que no podrán acceder a la universidad o deberán endeudarse más para estudiar. Esto amplía la brecha entre quienes pueden pagar y quienes no.

El recorte en el presupuesto de las Fuerzas Militares afecta la capacidad de proteger a las comunidades en zonas con presencia de grupos armados y de enfrentar el narcotráfico y el crimen organizado. Menos recursos significan más riesgo para quienes viven en regiones vulnerables.

Los cambios en el proceso de pasaportes han dejado a miles de personas sin poder renovar o sacar su documento a tiempo. Esto impacta a quienes necesitan viajar por trabajo, estudios o emergencias familiares.

Las restricciones a las exportaciones y la limitación de la producción de gas y petróleo reducen los ingresos del país, afectan la inversión y generan incertidumbre en los empleos que dependen de estos sectores. El resultado: menos trabajo y precios más altos en combustibles y servicios básicos.

La modificación en el reparto de tutelas contra el Presidente limita la posibilidad de que los ciudadanos reclamen judicialmente cuando sienten que se vulneran sus derechos. Esto debilita un mecanismo clave de protección ciudadana.

Los intentos de aprobar reformas por decreto o consultas populares sin aval del Congreso significan saltarse el procedimiento que establece la Constitución y rompen el equilibrio de poderes, abriendo la puerta a decisiones unilaterales que no representan a todos los ciudadanos.

La reducción del presupuesto para programas sociales y obras en las regiones ha afectado subsidios de vivienda, alimentación escolar, mejoramiento de vías terciarias y acueductos rurales. Esto significa menos casas entregadas, niños sin comida en los colegios, carreteras inconclusas y comunidades que siguen sin agua potable, especialmente en zonas apartadas.

Todas estas decisiones parecen aisladas, pero en conjunto van debilitando silenciosamente tus derechos y las instituciones que los protegen. Si no lo vemos a tiempo, cuando queramos reaccionar ya habrán cambiado las reglas del juego y recuperar lo perdido será mucho más difícil.

¿Cómo te afecta lo que está pasando?

Imagina esto:

  • Necesitas una cita médica urgente para tu mamá, pero la EPS está intervenida, el proceso se atrasó y nadie te responde. Pasan los días y tu mamá sigue esperando.
  • Tus hijos no pueden ir a la universidad porque el gobierno ha reducido los recursos para los créditos educativos del Icetex, y muchos jóvenes no pueden acceder a la universidad o deben abandonar sus estudios.
  • Trabajas todos los días, pero no tienes seguridad social porque el sistema no fomenta la formalidad y cada vez es más difícil para las empresas contratar con estabilidad.
  • Vives con miedo porque los grupos armados se fortalecen y el Estado cada vez está menos presente en tu región para protegerte.
  • Tu empresa cierra porque las condiciones para invertir y operar se han vuelto muy inciertas, sin garantías claras para mantener tu negocio y el empleo de tus trabajadores.
  • Sales a marchar pacíficamente y te tratan como si fueras un enemigo, aunque solo estás reclamando tus derechos.
  • Opinas diferente en redes sociales y te atacan o te señalan desde cuentas afines al poder, como si cuestionar fuera un delito.
  • Ya no sabes en quién creer porque los medios que antes informaban ahora son señalados cuando publican información crítica al Gobierno.
  • Cambian las reglas de los procesos, para que solo las ideas del Gobierno tengan ventaja, dejando a los demás sin posibilidad de competir en igualdad.
  • Quieres salir del país de vacaciones o a visitar a tu familia y no puedes sacar tu pasaporte

Todo eso no es normal. Tampoco es culpa del destino. Son señales claras de que el Estado no está cumpliendo con lo que prometió en la Constitución. Y cuando eso pasa, el primero que pierde eres tú.

  1. Cuando te niegan o dificultan el acceso a la salud…

… están vulnerando tu derecho a la vida, a la salud y a la dignidad.

  • Artículo 11: El derecho a la vida es inviolable.
  • Artículo 49: Se garantiza el acceso a los servicios de salud como un derecho fundamental.
  • Artículo 1: Colombia se funda en el respeto de la dignidad humana.

No importa si el Gobierno está de acuerdo con las EPS o no. Su obligación es garantizarte atención médica oportuna. Pero en lugar de mejorar el sistema, lo están desmantelando sin alternativas reales.

  1. Cuando tus hijos no acceden a educación de calidad…

… se les niega el derecho a crecer en libertad y a romper el ciclo de la pobreza.

  • Artículo 67: La educación es un derecho y un servicio público obligatorio, gratuito y de calidad.
  • Artículo 44: Los derechos de los niños prevalecen sobre los de los demás.
  • Artículo 1: La dignidad humana y la solidaridad son principios fundamentales del Estado.

La educación no puede ser usada como herramienta política ni como discurso ideológico. Es la base de la igualdad de oportunidades.

  1. Cuando trabajar no garantiza estabilidad ni protección…

… se rompe el contrato social que protege a millones de familias.

  • Artículo 25: El trabajo es un derecho y una obligación social.
  • Artículo 53: Principios mínimos fundamentales: estabilidad laboral, salario justo, seguridad social.
  • Artículo 48: La seguridad social es un servicio público obligatorio a cargo del Estado.

Si trabajar ya no significa progresar ni estar protegido, entonces el sistema está fallando a quienes más lo sostienen.

  1. Cuando la violencia se impone sobre la ley…

… el Estado está dejando de cumplir su función más básica: proteger a las personas.

  • Artículo 2: Las autoridades están para garantizar la vida, honra, bienes y libertades.
  • Artículo 22: La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.
  • Artículo 13: Todas las personas deben recibir igual protección de las autoridades.

El abandono estatal en muchas regiones, la reducción de recursos para las fuerzas militares, el fortalecimiento de grupos armados y los pactos sin control no construyen paz: construyen impunidad.

  1. Cuando sientes que tu voz no vale…

… lo que se debilita es la democracia misma.

  • Artículo 40, numerales 1 y 2: Todo ciudadano tiene derecho a elegir, ser elegido y participar en el poder político.
  • Artículo 20: Toda persona tiene derecho a expresar y difundir su pensamiento libremente.
  • Artículo 37: Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pacíficamente.

Cuando se desacredita al Congreso, se amenaza con consultas por decreto y se trata a los disidentes como enemigos, no hay pluralismo: hay autoritarismo.

  1. Cuando se ataca la libertad de prensa…

… se apaga una de las alarmas más importantes de la democracia.

  • Artículo 20: Se garantiza la libertad de informar y recibir información veraz e imparcial.
  • Artículo 73: La actividad periodística gozará de protección especial del Estado.

Una prensa libre es esencial para vigilar al poder. Sin ella, la corrupción crece, la verdad se oculta y la ciudadanía queda desinformada.

  1. Cuando se desconoce tu derecho a elegir y ser elegido…

… se distorsiona el principio de soberanía popular.

  • Artículo 40, numeral 1: Todo ciudadano tiene derecho a elegir y ser elegido.
  • Artículo 1: El poder reside en el pueblo, que lo ejerce a través del voto y las instituciones.
  • Artículo 258: El voto es un derecho y un deber ciudadano.

Cambiar las reglas en medio del proceso, usar la consulta popular como amenaza o condicionar el voto con desinformación es manipular tu voluntad y debilitar la democracia.

  1. Cuando te persiguen por pensar distinto…

… se vulnera tu dignidad, tu honra y tu derecho al buen nombre.

  • Artículo 15: Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen nombre.
  • Artículo 13: No puede haber discriminación por razones políticas, ideológicas o de opinión.
  • Artículo 21: Se garantiza el derecho a la honra.

Las campañas de desprestigio desde el poder, los ataques coordinados contra opositores y la estigmatización no son prácticas democráticas: son mecanismos de control y miedo.

  1. Cuando el poder ignora la ley…

… se erosiona el principio de legalidad que nos protege a todos.

  • Artículo 6: Los funcionarios públicos son responsables por infringir la Constitución y la ley.
  • Artículo 121: Ninguna autoridad podrá ejercer funciones distintas de las que le atribuyen la Constitución y la ley.
  • Artículo 113: Los poderes públicos son independientes y deben colaborar armónicamente.

Gobernar por decreto, desacatar fallos judiciales o desconocer al Congreso es desbordar el poder, y eso tiene consecuencias para todos los ciudadanos.

  1. Cuando se usa el Estado para premiar aliados y castigar opositores…

… se traiciona la función pública.

  • Artículo 209: La función administrativa debe servir al interés general, no a intereses particulares.
  • Artículo 122: Ningún servidor público podrá ejercer su cargo sin cumplir los requisitos legales.

Usar los recursos del Estado para favorecer unos y castigar otros es corrupción, no gobernabilidad. Es politizar lo que debería ser técnico, justo e imparcial.

Nada de esto es hipotético. Ya está ocurriendo. Y si no se defiende la Constitución ahora, mañana no habrá nada que impida que te quiten más.

¿Y qué tiene que ver la Constitución en todo esto?

Todo. Porque la Constitución no es solo un libro viejo con palabras bonitas. Es el acuerdo colectivo que hicimos como sociedad para protegernos del abuso del poder. Es el contrato que firmamos —todos— para decir: aquí se respetan los derechos, aquí hay reglas, aquí ningún gobernante puede pasar por encima de la gente.

La Constitución de 1991 nació del dolor de una Colombia fragmentada por la violencia, la exclusión y la falta de representación. Fue un pacto para que los derechos no dependieran del partido político que estuviera en el poder, ni del capricho de un líder carismático. Estableció que la soberanía reside en el pueblo, pero que ese poder se ejerce a través de instituciones que equilibran, controlan y limitan el alcance del gobierno. Le puso frenos al autoritarismo y protecciones al ciudadano.

hoy, ese acuerdo está siendo vulnerado. No con tanques en la calle ni con un golpe de Estado. Sino con decisiones solapadas, con desprecio por las reglas, con la manipulación del discurso democrático para hacer lo contrario.

  • Se gobierna por decreto, ignorando la deliberación del Congreso.
  • Se desacredita a los jueces, a los medios, a los gremios, a cualquiera que cuestione.
  • Se amenaza con consultas populares cuando las leyes no se aprueban, debilitando el sistema de pesos y contrapesos.
  • Se concentra el poder en unos pocos funcionarios, quitándoselo a las instituciones creadas para protegerte a ti.
  • Se utiliza un lenguaje de confrontación constante, dividiendo a la sociedad entre “buenos” y “enemigos del pueblo”.

Así empiezan a romperse las democracias. No de un día para otro, sino con el desgaste de la legalidad, con la normalización del abuso, con la excusa de que “es por el bien del pueblo”.

Y mientras eso pasa, los derechos dejan de ser garantías reales y se vuelven promesas vacías. Porque si las instituciones no funcionan, si no hay jueces independientes, si el Congreso no legisla con autonomía, si nadie vigila al Ejecutivo, ¿quién te va a proteger cuando te vulneren un derecho?

La Constitución no es un adorno. Es el único escudo real que tienes frente al poder. Por eso, cuando se viola o se ignora, no es un problema de los abogados o de los políticos. Es un problema tuyo, mío, de todos. Porque lo que está en juego es tu libertad, tu bienestar y tu futuro.

¿Qué tipos de derechos tienes según la Constitución?

1. Derechos fundamentales: 

Vida, salud, libertad, educación, expresión, igualdad. Son inviolables. Ningún gobierno puede pisotearlos. Si lo hace, puedes acudir a una tutela. Pero si la institucionalidad se debilita, incluso esa protección se pone en riesgo.

2. Derechos sociales, económicos y culturales:

Trabajo digno, seguridad social, vivienda, servicios básicos. No son favores del Estado. Son derechos que te permiten vivir con dignidad. Hoy se incumplen cada vez más.

3. Derechos colectivos y del ambiente:

Ambiente sano, lucha contra la corrupción, defensa del patrimonio público. Si el gobierno destruye ecosistemas o debilita los controles, te afecta más de lo que crees.

4. Derechos de participación:

Votar, ser elegido, protestar, organizarse. Hoy estos derechos están siendo limitados por un gobierno que quiere imponer su visión a toda costa. Y eso es una amenaza directa a tu libertad.

¿Qué está fallando hoy?

Lo más grave es que estos derechos se están debilitando desde el poder mismo. A veces no se necesita una ley para violar la Constitución. Basta con:

  • No hacer lo que se debe (omisión): dejar caer el sistema de salud, abandonar las regiones.
  • Hacer lo que no se puede (exceso): gobernar por decreto, usar recursos sin control.
  • Usar el poder para dividir y atacar (discurso violento): señalar enemigos, alimentar el odio.
  • Manipular las reglas (populismo): prometer imposibles para ganar aplausos, no soluciones.

Todo esto está pasando hoy. Y te afecta directamente, aunque no lo veas en el momento. Es como una gotera: al principio parece pequeña. Pero si no haces nada, un día se cae el techo.

¿Qué puedes hacer tú?

No se trata de tener miedo. Se trata de tener coraje. El poder no es eterno, y la legitimidad de un gobierno no viene de cuántos lo aplauden, sino de cuánto respeta la Constitución.

Por eso, hoy más que nunca:

  • Infórmate. Lo que está en juego es tu vida, no una ideología.
  • Habla. No tengas miedo de decir que algo está mal.
  • Exige. El gobierno está para servirte, no para controlarte.
  • Participa. En tu barrio, en redes, en elecciones. Tu voz importa.

RECUERDA

Defender nuestros derechos hoy es proteger nuestra democracia mañana

No es exageración. Es la realidad. Si no reaccionamos ahora, mañana puede ser demasiado tarde.

El poder cambia. Pero los derechos deben permanecer. Y si dejamos que se los lleven hoy, tal vez no podamos recuperarlos después.

Colombia necesita ciudadanos despiertos. No resignados.

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