En Colombia, la democracia se construye sobre la base del respeto por las instituciones y la confianza en los procesos establecidos por la Constitución. Hoy enfrentamos un desafío relevante: la insistencia del Gobierno en promover una consulta popular que no solo involucra la reforma laboral, sino también la reforma a la salud, a pesar de que ambos proyectos ya se están debatiendo de manera legítima y constitucional en el Congreso de la República.
Esta iniciativa no solo genera confusión entre la ciudadanía, sino que puede desdibujar los límites entre las ramas del poder público y debilitar uno de los pilares esenciales del sistema democrático: la división de poderes. Saltarse los procesos legislativos establecidos, o presionar para que se ignoren, afecta la institucionalidad y erosiona la confianza ciudadana en el Estado de derecho.
Además, esta consulta representaría un gasto innecesario de más de $700.000 millones de pesos, en un contexto fiscal delicado que exige responsabilidad, austeridad y eficiencia en el uso de los recursos públicos.
Desde Aliadas, gremio de gremios, reafirmamos que el camino para construir país y avanzar en las reformas necesarias es el respeto por el Congreso, como espacio legítimo de deliberación y decisión. Las reformas deben debatirse en el marco institucional, con argumentos técnicos y de cara al país, sin desviar la atención ni mezclar funciones que están claramente delimitadas en la Constitución.
En ese sentido, mientras el Congreso, y en particular el Senado de la República, continúa avanzando en la búsqueda de consensos para una reforma laboral que responda a las necesidades del país, resulta innecesario convocar a una consulta popular sobre un tema que ya cuenta con un canal legítimo de discusión. Desde Aliadas, respaldamos el trabajo responsable que vienen realizando los congresistas para construir una reforma con base en el diálogo, el análisis técnico y la búsqueda de acuerdos sostenibles.
Valoramos y respaldamos todas las formas de participación ciudadana, porque fortalecen la democracia, siendo una expresión vital de nuestra ciudadanía. Pero hoy más que nunca, hacemos un llamado a defender la institucionalidad democrática, a fortalecer el Congreso y a rechazar los atajos que debiliten las reglas del juego.
La democracia no se impone: se construye con diálogo, respeto y responsabilidad. Por eso, confiamos en el Congreso y en la democracia.
Colombia, el propósito que nos une.